El síntoma de un fallo del retén suelen ser unas pérdidas de líquido de embrague que acaba escurriendo y cayendo por debajo del piñón de salida. Puede parecer manchas de aceite normal, pero el del embrague es más fluido y se evapora con más facilidad. Además, con el paso del tiempo, se puede comprobar como va bajando el nivel en el depósito del líquido de embrague.
Al desmontar el empujador del embrague se ve que está algo corroído (posiblemente por no cambiar el líquido a tiempo).
Después de pulir un poco la zona por donde desliza, ya tiene mejor pinta.
Solo queda colocar el bombín con el nuevo retén, untado con un poco de líquido. En este caso, hay recambio para el retén, pero no para el nuevo modelo de empujador, y tienes que comprar toda la pieza.
Pero a pesar de poner el retén nuevo, las pérdidas no se fueron. Resulta que la pieza por donde desliza el bombín estaba ovalado 8 centésimas de milímetro (de un diámetro nominal de 25 mm) y el retén no retenía el líquido. El bombín estaba bien. Para solucionarlo, mi padre ha puesto un casquillo de acero inoxidable y luego lo ha mecanizado a la medida del bombín. Una vez montado nos hemos dado cuenta que se podía haber hecho más largo el casquillo para que apoye mejor el bombín, porque al inicio de la carrera tiene una parte sin apoyar. Pero bueno, ya no fuga y va más suave que antes.
También aproveché para cambiar el guardapolvo de la varilla del embrague (es una especie de fuelle negro), aunque no ajusta nada bien en su alojamiento.